INTELIGENCIA EMOCIONAL
La inteligencia emocional es una de las llamadas inteligencias múltiples.
La inteligencia emocional es un
diálogo entre la inteligencia humana, o sea la capacidad de razonar y las respuestas
emocionales o instintivas que son el primer impulso que tenemos frente a
las situaciones de la vida.
Las respuestas emocionalmente
inteligentes son fruto de un aprendizaje, pero también podemos trabajarlas
siendo conscientes de qué respuestas son más útiles que otras. Desarrollar la capacidad emotiva es igual que desarrollar la lógica, las
matemáticas, etc.
Hay tres fases
que debemos trabajar para desarrollarnos en este sentido y se puede trabajar
tanto con niños como con adultos.
En primer lugar debemos ser conscientes de
las emociones que nos
producen determinadas situaciones, personas, contextos. Sólo si somos
conscientes de que emoción nos despiertan las cosas podemos iniciar el camino
para cambiarlas.
Ser consciente de las emociones, simplemente dándonos
cuenta cuando las sentimos, nos ayuda a controlar nuestras propias emociones.
También nos ayuda a comprender cómo se sienten los demás. Pero algunas personas
pueden pasar todo el día sin realmente darse cuenta de sus emociones. Practica
reconocer tus emociones a medida que las sientes. Categorízalas en tu mente
(por ejemplo, diciéndote a ti mismo "me siento agradecido", "me
siento frustrado", etc.). Haz que estar al tanto de tus emociones se
convierta en una práctica diaria.
La segunda fase es analizar si el
comportamiento o la respuesta que damos a ese estímulo nos es útil. Si un niño
se da cuenta que pegar a otro porque no le deja un juguete no les soluciona el
problema es cuando ve la necesidad de buscar una alternativa.
Todos nos enojamos. Todos tenemos decepciones. A
menudo es importante que expreses cómo te sientes. Pero controlar tu reacción
significa saber cuándo, dónde y cómo expresarte.
Al entender tus emociones y saber cómo manejarlas,
puedes utilizar el autocontrol para contener tu reacción si ese no es el
momento ni el lugar correcto para expresar tus emociones. Alguien que tiene
buen control emocional sabe que reaccionar a las emociones de una manera
irrespetuosa, demasiado intensa, demasiado impulsiva, o dañina puede ser
perjudicial para las relaciones.
Finalmente hay que buscar
alternativas a aquellos comportamientos que no nos aportan lo que perseguimos y
para ello necesitamos flexibilidad y creatividad. Esto es en definitiva el acto de inteligencia
emocional. Cuanta más capacidad y rapidez de reacción tenemos ante situaciones
adversas más inteligentes emocionalmente somos.
Parte de controlar las emociones es la elección de
nuestro estado de ánimo. Los estados de ánimo son estados emocionales que duran
un tiempito. Tenemos el poder de decidir qué estado de ánimo es el más adecuado
para una situación y entonces ponernos en ese estado de ánimo. Elegir el estado
de ánimo correcto puede ayudar a alguien a motivarse, concentrarse en una
tarea, o volver a intentar en lugar de darse por vencido.
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