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Mostrando las entradas de mayo, 2020

Cómo enseñamos Educación Sexual en el siglo pasado

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Hoy les voy a contar la experiencia de llegar a los chicos de fines del siglo pasado , esos que ahora los definimos cómo millennials, con un proyecto institucional que se trabajó durante 26 años, nacido como un pedido particular de un directivo, sacerdote, vanguardista, que visualizó la necesidad de hablar y educar a los chicos en prevención. Para él esta palabra era la clave hacia donde debíamos orientar la tarea docente del área de ciencias, especialmente la biología humana y sus cuidados, desde todos los puntos de vista. Es así que surgió un proyecto institucional que se desarrollaba a través de varios cursos del secundario, durante distintos momentos del año y poníamos manos a la obra con el Proyecto de Educación para el Amor . Llegar al aula de primer año, a niños de 11 u 12 años era abrir una ventana a un tema casi nuevo para ellos porque en la escuela primaria la educación respecto de la sexualidad era muy básica o casi nula, sólo hacía un recorrido por aparatos y sistem

Crecer EN y CON la sexualidad

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La sexualidad humana en su aspecto biológico y formal se inicia con el momento mismo de la concepción, y se expresa desde que se visualiza en la ecografía los órganos sexuales de nuestro bebé. Desde el nacimiento, la infancia, la pubertad, el tiempo en el que se inicia la capacidad de procreación y aunque este tiempo finalice, hasta el resto de nuestros días se sigue viviendo como ser sexuado. bebés mellizos Cuando el bebé nace su sexualidad comienza a transitar la primera etapa de su formación, siendo esta la piedra fundacional que sienta las bases de la identidad y la sexualidad que ese ser humano llevará a lo largo de su vida. Pero el camino de desarrollo no es lineal, a lo biológico entonces se le asocia lo que vivenciará desde lo emocional, el contexto cultural y el social. No podemos pensar en un bebé como un ser sexuado ,- con la connotación del término sexo como la práctica de la sexualidad-. Sin embargo aunque su comportamiento no lo es, su biología ya está presente y

¿Qué problemáticas angustian a nuestros adolescentes?

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En la entrada anterior, vimos que en muchas familias se padece la adolescencia y la rebeldía de los hijos en esta etapa especial. Esto no es más que el reflejo de la sociedad en que vivimos. Imagen de  Myriam Zilles  en  Pixabay   Un informe de Unicef reveló que nuestros adolescentes argentinos sufren y se angustian por una serie de problemáticas que están centralizados por la violencia. Nuestro país es un entorno violento para el desarrollo de los adolescentes. Así se visualizan los reclamos de los adolescentes en las escuelas, institutos y consultorios de psicólogos. Se sientes agredidos en todos los ámbitos, en la casa, por ser víctimas de violencia intrafamiliar, psicológica e incluso sexual. En la escuela, por ser víctimas de acoso, maltrato o bullying. Su cuerpo y su cerebro no han terminado aún su transformación definitiva, por lo tanto todo pasa por lo emocional, es decir que sus frenos o contención emocional son muy endebles y todo lo relacional se vuelve confl

Adolescentes difíciles

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Ya les he comentado en entradas anteriores, que no todas las adolescencias son iguales, en relación al momento, a la sociedad y a la cultura. Pero en un mismo tiempo y espacio, a veces con pocos años de diferencia, puede suceder que en una familia la adolescencia de uno de sus hijos no se condiga con la forma de atravesar por la misma, de otro de los hermanos. Es aquí hacia donde nos vamos a encaminar, a aquellas situaciones donde con las mismas herramientas o incluso con otras mejoradas y potenciadas no alcanzan para transitar por una convivencia razonablemente pacífica. Según los psicólogos se puede decir que existen dos tipos de situaciones diferentes entre los púberes-adolescentes, aquellos que han sido conflictivos y rebeldes desde el jardín de infantes y aquellos que exteriorizan una actitud rebelde a partir del ingreso al colegio secundario aproximadamente, o sea en coincidencia con los cambios físicos y hormonales propios de la pubertad. Se los detecta a partir del