¿Qué problemáticas angustian a nuestros adolescentes?
En la entrada
anterior, vimos que en muchas familias se padece la adolescencia y la rebeldía
de los hijos en esta etapa especial. Esto no es más que el reflejo de la
sociedad en que vivimos.
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Un informe de
Unicef reveló que nuestros adolescentes argentinos sufren y se angustian por
una serie de problemáticas que están centralizados por la violencia. Nuestro
país es un entorno violento para el desarrollo de los adolescentes.
Así se visualizan
los reclamos de los adolescentes en las escuelas, institutos y consultorios de
psicólogos. Se sientes agredidos en todos los ámbitos, en la casa, por ser
víctimas de violencia intrafamiliar, psicológica e incluso sexual. En la
escuela, por ser víctimas de acoso, maltrato o bullying.
Su cuerpo y su
cerebro no han terminado aún su transformación definitiva, por lo tanto todo
pasa por lo emocional, es decir que sus frenos o contención emocional son muy
endebles y todo lo relacional se vuelve conflictivo.
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Los adolescentes
se relacionan con una serie de problemáticas que muchas veces los supera.
Conocer sobre los temas que los hacen sentir conflictuados puede ayudar a
anticiparse y prepararlos para que desarrollen herramientas para afrontar estos
conflictos.
La violencia intrafamiliar
La violencia en
la familia es el problema más importante. Es una problemática difícil de visualizar, ya que se
produce en el seno familiar, y como es algo generalmente cultural, se inicia en
la niñez y se naturaliza. Las problemáticas adolescentes muchas veces intentan
ser resueltas con el castigo físico, generalmente acentuando los conflictos, no
solo el de los adolescentes, sino entre los padres y los adolescentes. De
manera que el círculo sigue cerrándose y acentuando el nivel de violencia.
Cuando se habla
de violencia de género, violencia
familiar o doméstica, y maltrato infanto-juvenil, se hace alusión a todas
aquellas manifestaciones o consecuencias dañinas, producto de relaciones
desiguales entre la persona que maltrata
y subordina a la otra. Es así que, son
todos aquellos actos que pueden resultar en un daño o sufrimiento físico,
sexual, psicológico, etc., para quienes los padecen. El objetivo de quien
ejerce violencia es anular el conflicto y controlar al otro a través del
maltrato, como una técnica de dominación.
La violencia familiar se corresponde con la edad y el género de los miembros de la familia; es decir
que se orienta desde los adultos a los niños y desde los miembros masculinos
hacia las mujeres.
maltrato |
La negligencia en el cuidado y el abandono, también son formas de violencia. Estas situaciones
muchas veces intentan resolverse con la institucionalización de los menores,
situación que muchas veces suma una problemática más.
El abuso, ya sea como forma de explotación laboral o sexual, son también formas de
violencia que se ejercen en los contextos familiares. Educar a los niños y
adolescentes en sus derechos y enseñar el camino para que puedan pedir ayuda y
ser escuchados es obligación de los agentes sociales más cercanos, médicos y
docentes.
Los problemas escolares y el abandono escolar
Según Unicef "el abandono escolar está fuertemente
relacionado con la inserción temprana en el mercado de trabajo, sobre todo
entre los varones, y el embarazo entre las mujeres".
Los resultados
demostraron que entre los chicos de 10 a
18 años, más de la mitad de ellos no termina el secundario y que 1 de cada 6
trabaja. Este rango etario cubre 5 millones y medio de jóvenes, medio millón está fuera de la escuela y solo
el 45% logra terminar sus estudios secundarios.
Si bien parece
que todos los chicos pasan por la escuela primaria, de una u otra manera, son
muchos los que ni siquiera ingresan a la secundaria, van en busca de trabajo y que tampoco logran
permanencia en ellos. Esto hace que la falta de preparación en el estudio a
medida que crecen se haga más determinante de la falta de ocupación de un
empleo digno.
Las adolescentes,
a medida que crecen, muchas veces víctimas de la falta de aprendizajes sobre
sexualidad, cuidados y proyectos de vida, son vulnerables y llegan a la
maternidad tempranamente. En algunas chicas ser mamá es el mejor proyecto de
vida que tienen. Repiten experiencias familiares y no se cuestionan ni
vislumbran la posibilidad de hacer algo más por sus vidas personales. Cuando
crecen y maduran muchas veces la oportunidad de estudiar y realizarse en lo
personal se hace difícil e inaccesible dado que deben hacerse cargo de sus
hijos.
maternidad adolescente |
Es aquí donde la
educación debe actuar, con anterioridad y desde la infancia temprana. Educar
sobre la necesidad de aprender, explorar sus potencialidades, trabajar con
ellos sobre sus fortalezas, enseñar sobre la sexualidad responsable, los
métodos de prevención y ayudarlos a armar su proyecto de vida serán las
herramientas que les permitan salir a otra vida.
El acoso escolar y las redes sociales
El bullying o acoso escolar es una de las
nuevas forma de maltrato físico y psicológico entre los chicos/adolescentes.
Generalmente son los más vulnerables los que sufren la presión de los otros chicos,
y esto es así porque hay un mentor y el resto se convierten en cómplices. Hay
distintos tipos de acoso escolar, el verbal,
el físico y el relacional. Muchas veces este último tipo de bullying afecta mucho
más en lo psicológico al joven que el acoso verbal o físico, ya que suele ser a
sus espaldas, presionando para que ningún grupo lo integre, le hacen un vacío,
repudiándolo.
En Argentina el
nivel de acoso escolar es muy alto, sobre todo en relación a la identidad de
género. La orientación sexual, y la discriminación necesitan ser ejes temáticos
a tratar en la escuela y la familia a fin de revertir esta situación.
El ciberbullying ha surgido como
consecuencia del auge de las nuevas tecnologías, considerando que tras una
pantalla los chicos y jóvenes se escudan para publicar y difundir falsos
rumores, mentiras, amenazas, comentarios sexistas o racistas, causando un
enorme malestar y problemas psicológicos y emocionales en la víctima. Los
amenazan con publicar y hacer difusión de videos o fotos que pueden comprometer
su intimidad. El nivel de violencia que se maneja entre pares a través de las
redes es muy alto, sin embargo se ha
dado mayor importancia al grooming ya que involucra adultos.
El grooming se define como el conjunto de
estrategias que una persona adulta desarrolla para ganarse la confianza del
menor a través de Internet con el fin último de obtener concesiones de índole
sexual. Desde un acercamiento lleno de empatía y/o engaños se pasa al chantaje
más cruento para obtener imágenes comprometidas del menor y, en casos extremos,
pretender un encuentro en persona. El daño psicológico que sufren niños, niñas
y adolescentes atrapados en estas circunstancias es enorme.
Los consumos
En la
adolescencia las problemáticas sociales más importantes giran alrededor de los
consumos. Llegan a ellos de la mano de sus grupos de pares, muchas veces por
curiosidad y otras con la necesidad de salvar una falencia, ya sea emocional,
motivacional o social, es decir por asegurar la pertenencia a ese grupo. Si la
familia ha sabido acompañar a su hijo y detecta precozmente la incursión en
consumos de riesgo, como ser alcohol o drogas, deberá ayudarlo a transitar la salida y recuperación.
Los estereotipos y la discriminación
Algunos
adolescentes sufren la presión social de los estereotipos actuales. Son vulnerables y se sientes atrapados
cuando encuentran que no pueden encajar en los parámetros que impone la moda o
los perfiles adolescentes. Las problemáticas
alimenticias surgen entonces como una forma de exteriorizar esa situación
que los preocupa y que los hace sufrir por no poder sentirse parte del
colectivo adolescente. Bulimia, y anorexia son las nuevas enfermedades que se
manifiestan entre los y las adolescentes
y deben ser atendidas por padres
y docentes. No respeta status social. Sólo el trabajo en equipo ayudará a
recuperar sus cuerpos y su autoestima.
Cuando los estereotipos se instalan en la
sociedad, los adolescentes sufren la discriminación. Sus modas, sus cortes de pelo, sus perfiles
pueden asociarse a estereotipos que los encasilla y acorrala al momento de
buscar trabajo o entrar a un boliche. Vestirse de tal o cual manera y estar
tatuado puede anular la genialidad de un adolescente sin haber siquiera
hablado.
Los adultos
debemos trabajar sobre esto para despojarnos de prejuicios que no les permiten
a nuestros adolescentes crecer en libertad. Merecen un voto de confianza.
La pobreza y el futuro
En las clases
populares, la preocupación está en sobrevivir. Cómo van a subsistir. Con los
datos de escolaridad y deserción que vimos, las posibilidades de trabajos
dignos y estables son muy bajas. Los altibajos económicos de nuestra sociedad
tampoco ayudan a que los jóvenes tengan permanencia en un trabajo para poder
aprender el oficio y hacerse competentes. Los trabajos temporales, mal
remunerados, casi rozando la explotación laboral y en negro, son las salidas
inmediatas, y para muchos serán permanentes.
Esto trae
aparejado situaciones anexas como la dependencia de la salud pública, la falta
de previsión social para su futuro, la inaccesibilidad a la vivienda.
Muchos chicos que
viven en hogares de acogida sufren depresión, tiene pocas ganas de vivir, lo
cual, en ocasiones, llega al suicidio, pero a veces se materializa en patología,
en cortarse la piel o autoflagelarse. Cumplir 18 años es el fin de esa etapa y
se abre la puerta a lo, muchas veces, ya conocido, que no quieren volver a
vivir. El vivir de changas, la incertidumbre de comer todos los días. En el
mejor de los casos, se los ha preparado para afrontar un trabajo, y un equipo
de asistencia los acompaña para que su inserción en la sociedad sea posible.
El futuro de
estas personas es bastante incierto. La falta de proyección y de preparación
para afrontarlo hará que la pregunta de cómo van a subsistir tenga respuesta
día a día.
Es importante que
familia y escuela trabaje con los chicos y los adolescentes fundamentalmente la
necesidad de un proyecto de vida, con sueños y objetivos que les permitan ver
más allá del día a día.
Si nuestros
chicos están preocupados por todos estos temas, los adultos debemos atender sus
necesidades. Sabemos que para ellos el ambiente es hostil desde el día en que
nacieron. Si la familia no es contenedora, amorosa y vela por su crecimiento y
seguridad su entorno puede volverse agresivo porque la sociedad en sí misma se
ha vuelto agresiva.
Nuevamente la escuela tiene la oportunidad de
darle herramientas para afrontar la supervivencia.
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