Familia y escuela contra el bullying

 

El miércoles pasado inicié este tema del bullying, y lo importante de la problemática hace que continúe con el mismo desde algún otro punto de vista.



Si bien es importante saber el lugar que ocupa cada uno de los actores del bullying, no son  menores  los  roles  de la familia y la escuela.

Los padres son quienes deben estar atentos a una serie de síntomas que pueden percibir en sus hijos, como por ejemplo:

  • Si se rehusa a ir a algunas clases o lugares.
  • Si tiene descenso de sus calificaciones.
  • Si pierde frecuentemente útiles, dinero, u otros objetos.
  • Si está triste, preocupado y evita hablar del tema escolar.
  • Si suele involucrarse en peleas o discusiones, que antes no sucedían.
  • Cambió los recorridos para ir y volver del colegio.
  •  Pide dinero extra, sin justificación clara.

En la escuela también suelen verse algunos síntomas claves del chico que sufre de acoso:

  •  Es dejado de lado y no es elegido para el juego.
  •  En el patio suele quedarse cerca de los docentes.
  •  No tiene amigos y se mantiene aislado.
  •  Ha dejado de participar en clase.
  •   Llora con frecuencia.

¿Cómo debe intervenir la familia?

  •  Escuchando al niño o adolescente, y creyendo lo que cuenta para darle confianza y contención.
  •  Dejar que descargue sus emociones y cuente cómo se siente.
  •  No culpabilizarlo ni juzgarlo.
  •  Que se sienta que  se lo va a ayudar y que tiene derecho a ser respetado porque es valioso.
  •  Acompañarlo a denunciar en la escuela la situación frente a docentes y directivos.

La escuela deberá atender la situación:

  • Escuchando y tomando conocimiento de los hechos y de los sentimientos del acosado.
  • Manifestando la decisión de brindar ayuda.
  • Designando un tutor o referente de la escuela para que lo acompañe y le dedique especial atención.
  • Manteniendo la confidencialidad.
  •  Sin culpabilizar ni juzgar.
  •   Manteniendo el contacto con la familia, para contenerla y para mantenerla al tanto sobre los  resultados y las medidas a tomar.

El bullying trae sobre el acosado una serie de consecuencias negativas que se pueden superar si estas situaciones se resuelven favorablemente. Mientras tanto se generan:

  • Sentimientos negativos como tristeza, inferioridad, humillación.
  • Baja autoestima, ya que se considera débil o sin valor suficiente para afrontar al acosador.
  •  Se encierra y se aisla, generándose problemas de depresión y estrés.
  • Puede desarrollar conductas agresivas y hostiles, pudiéndose convertir en maltratador de otros más débiles.
  • Se muestra desconfiado y no logra hacerse de amigos.
  •  Rechaza la escuela.

Ahora bien, ¿qué características exterioriza un chico acosador que ejerce el bullying?

  •          Le gusta hacer comentarios despectivos de otros chicos.
  •          Ridiculiza e insulta a algunos compañeros constantemente.
  •          Es desafiante y agresivo.
  •          No reconoce que las bromas pesadas ofenden a las personas.
  •          Manipula a sus amigos o a su familia.
  •          No reconoce límites.
  •          Ejerce la violencia para resolver problemas.
  •          Los padres reciben notas de la escuela por su comportamiento y sus acciones.

La familia debe tomar cartas en el asunto:

  •          Reconocer que hay un problema y deben buscar ayuda para resolverlo.
  •          Se necesita dejar en claro que no se aceptan ese tipo de conductas.
  •          Se debe fomentar la responsabilidad para reparar el daño causado, no el castigo.
  •          Se comprometan, como familia, a solucionar la situación, colaborando con la escuela en la definición de acciones reparadoras.
  •          Enseñarle a su hijo, que deben aprender a manejar sus emociones, porque las acciones traen consecuencias.

Si estas herramientas no dan resultados positivos y hay  un cambio de actitud, el acosador también sufrirá consecuencias porque:

  •          Ha aprendido a maltratar, y como sus acciones no tienen consecuencias negativas, considera que los demás aceptan sus agresiones y que es la táctica que le da resultados.
  •          Puede transferir esta forma de relacionarse a otras situaciones sociales y en otros ámbitos, como ser trabajo, pareja, familia.
  •          Construye vínculos basados en la prepotencia y la superioridad. 

Por esto es importante que la escuela intervenga con el acosador o los acosadores para:

  •          Promover que el alumno se involucre en la búsqueda de soluciones.
  •          Que se comprometa a solucionar la situación.
  •          Consensuar con los actores de la institución las acciones reparadoras, teniendo en cuenta las individualidades del acosador,  en algunas escuelas dando intervención al consejo de convivencia.




La escuela debe intervenir también con los espectadores, para hacer un trabajo de concientización respecto del rol que cumplen y de la necesidad de restar fuerza a la acción del acosador a través de la denuncia.

  •          Deben comprender que también están incluidos en la problemática, ya que sin ellos la acción no tiene sentido.
  •          Tienen la posibilidad de influir sobre las acciones de bullying porque pueden actuar en conjunto con otros compañeros.
  •          Tienen la posibilidad de pensar estrategias para actuar sobre la problemática.
  •          Hacerles ver que no es una situación de juego, ni graciosa, es violencia. Alguien sufre y se lo debe acompañar y proteger.
  •          Festejar tanto como quedarse indiferente aumentan la violencia sobre el acosado y el ego del acosador.
  •          Hacer la denuncia pidiendo confidencialidad los puede hacer sentirse mas protegidos.
  •          Fortalecerlos y hacerles saber que hay derechos que los protegen puede ayudarlos a tomar una posición más solidaria y de compañerismo.

Si estas pautas no se trabajan, se corren riesgos de que los chicos  vivencien el bullying:

  •          Con un aumento del temor a ser victimizados.
  •          Saquen como conclusión que el acosador es valorado y tenido en cuenta en el grupo.
  •          Se acostumbren a vivir en un clima de abuso, donde impera la ley del más fuerte.
  •          Consideren que no hay forma de evitar la violencia.
  •          Consideren que su rol es el de ser cómplices.


La escuela y la familia deben trabajar conjuntamente para que los niños y adolescentes aprendan a manejar sus emociones, a respetar al otro y a resolver conflictos.

Desde la casa muchas veces se acepta el maltrato entre hermanos, o bien entre la pareja. No se deben naturalizar las situaciones de violencia, deben ser denunciadas, y saber que la ley y los derechos nos amparan.

El bullying es un problema colectivo, involucra y alcanza de una u otra manera a toda una comunidad, de modo que deberá hacerse hincapié en la responsabilidad tanto individual como colectiva para la resolución del problema de manera constructiva. Se debe trabajar proactivamente en la prevención y actuar de manera rápida frente a las situaciones que se presenten para encaminar las relaciones interpersonales desde el respeto.            

 

 

     

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