Maternidad adolescente

Cuando hace ya tiempo tuve que preparar mi material  para trabajar “maternidad adolescente”, quedé muy impresionada con la propuesta que encontré en los cuadernillos de ESi. Quiero compartir el formato elegido para plantear el tema a los adolescentes.

adolescente embarazada
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Un embarazo que llega a buen término está directamente asociado a las condiciones de vida de la madre, independientemente de su edad. Si ésta ha recibido una buena alimentación, y los controles sanitarios adecuados habrá alta probabilidad de que todo se desarrolle con normalidad, en cambio cuando existen situaciones de pobreza, el embarazo no colabora para mejorar esta situación, al contrario, perpetúa la pobreza.

Así el futuro de las y los adolescentes frente a un embarazo se reduce drásticamente, ya que hay alta probabilidad de que se interrumpa y/o se abandone la escuela, y con esto la posibilidad de ingresar al mundo del trabajo con posibilidades de progreso, lo que incidirá directamente en el  porvenir de la familia.

Culturalmente en nuestra sociedad patriarcal, la función de la mujer ha sido  ser madre y encargarse de la crianza y educación de los hijos, mientras que el hombre sería el proveedor de la familia. De modo que muchos embarazos adolescentes son parte de su historia familiar, donde se perpetúa la situación de la madre en las hijas, y  donde incluso el estatus de esa joven embarazada cambia y se posiciona mejor en su entorno social. Esto habla de la falta de proyectos o la postergación de anhelos o sueños que permitan el despegue de las condiciones de vida tradicionales.

Esto conlleva a pensar la vida en pareja, con el padre del hijo, con responsabilidades compartidas, muchas veces como una forma de escape de la  familia primordial  e incluso de sus condicionantes como puede ser la violencia intrafamiliar, sin considerar que la nueva familia puede seguir ese camino prontamente. De todas maneras, es importante en esta situación que el estado acompañe a estos jóvenes padres durante el embarazo, el parto y los prepare para que puedan hacer una planificación  dentro de su proyecto familiar. 

Mientras esto se plantea en algunos grupos de adolescentes, a veces asociados a grupos marginados, de pobreza o bajo nivel social, en otros los estudios, la formación y la búsqueda de trabajo prioriza sus vidas, y la maternidad y paternidad no está dentro de los planes inminentes. Sin embargo, las trayectorias de vida no siempre son lineales.

Claro que los distintos actores deben conocer que tienen posibilidades diferentes de tomar medidas que les ayuden a lograr sus objetivos y proyectos de vida.

 

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Desde los cuadernillos de ESI se analizan 3 aspectos importantes para los adolescentes, la implementación de medidas de prevención y control, la posibilidad de tomar decisiones frente a lo reproductivo, y los cambios de vida frente a un embarazo.

Analizando testimonios surgen algunas preguntas interesantes de responder frente al primer aspecto, el que contempla las medidas de prevención:

  •         ¿Por qué les parece que, muchas veces, a pesar de tener información sobre los métodos anticonceptivos, estos no son utilizados?
  •          ¿Quién es responsable del cuidado en las relaciones sexuales? ¿El varón o la mujer?
  •          Uno de los testimonios refiere que, al utilizar alguna forma de cuidado, “se pierde la naturalidad de las relaciones sexuales”.
  •          ¿Es común que suceda que algunos chicos y chicas se cuiden las primeras veces y no en las posteriores? ¿Por qué?
  •          ¿Qué significa para ustedes la expresión “…ya la conocía y era mejor no cuidarse”?

De los tantos años trabajados con adolescentes me han quedado varias impresiones que creo que se convierten en certezas. Los adolescentes con sus hormonas y su visión tan particular del hoy y ahora, muchas veces responden de manera plenipotenciaria, pensando que a ellos nada de todo lo que se dice por ahí les va a pasar, en estas condiciones aún a sabiendas de los cuidados que se requieren. Además pesa en muchos la cuestión del romanticismo y cortar el juego erótico para la colocación del preservativo, no entra en consideración, sobre todo si la mujer no se manifiesta al respecto de manera convencida.

También preconceptos como que sin preservativo o cuidados se vivencia la sexualidad de otra manera, no colaboran, y hacen que con el paso del tiempo los cuidados se relajen, o bien que uno delegue en el otro el cuidado con la consiguiente dilución de las responsabilidades.       

El punto está en la educación recibida y en la internalización que hacen de esos contenidos. Doy fe que es muy difícil lidiar con los preconceptos que se transmiten de generación en generación, al igual que convencerlos que sus adolescencias son iguales a la de otros que han sucumbido a las complicaciones de una paternidad no esperada incluso no deseada con las consecuencias ´que se pueden comprobar en muchos adolescentes. Cuando hablamos de conductas de riesgo, ésta es una de ellas, lástima que los resultantes pueden ser mucho más complejos que una explosión de adrenalina.


Respecto de la toma de decisiones se analizaron otros testimonios desde donde se desprenden preguntas del tipo de:

  • ¿Qué sucede cuando se lleva adelante una decisión que no fue suficientemente pensada?
  •  ¿Qué es, para ustedes, un proyecto?¿Qué proyectos se pueden hacer cuando se está saliendo con alguien? ¿Qué cosas pueden impedir planificar nuestros proyectos de vida?
  •  ¿Tener un hijo o hija puede ser un proyecto? ¿Podemos hablar de esto con la persona con la que estamos saliendo?
  •  ¿Tener una pareja estable es importante para una decisión como la de tener un hijo o hija? *Varones y mujeres ¿tienen siempre las mismas oportunidades para concretar sus proyectos de vida?.

En el trabajo áulico con este eje surgen respuestas muy variadas. Los adolescentes muchas veces son lapidarios respecto de ciertas situaciones y las posturas están muy cerca del “arréglate.”

Las primeras relaciones suelen haber sucedido espontáneamente, sin consenso y sin previsiones. Incluso ellas, generalmente asumen que llegaron a la relación por cierta presión pero no por convencimiento. Cuesta que comprendan que es importante no dejar al azar ninguna oportunidad y que deben tener especial cuidado, ya que la inexperiencia sumada a la imprevisión puede ser malas compañías. Sucede que consideran que se pierde el romanticismo y se percibe muy calculado todo, por lo cual se exponen a riesgos que podrían evitarse.     

En sus esquemas de vida tener un hijo no forma parte de su proyecto de vida y consideran que no es un tema de charla con su pareja porque se priorizan otras cosas. Además no visualizan la estabilidad de la pareja en esta etapa de la vida, menos aún la idea de un proyecto en pareja. Claro que si por alguna razón los caminos planificados para sus proyectos individuales se ven obstaculizados, la improvisación traerá consecuencias que tendrán un alto costo en la pareja y en lo personal para cada uno de los integrantes de la pareja, pero sobre todo para la mujer, ya que hacerse cargo tanto física como emocionalmente de un embarazo tiene un costo en sus proyectos, y sobre todo si no es acompañada por su pareja.

Pensar en los cambios de vida en función de un embarazo, trae una cantidad de interrogantes que son importantes de visualizar:

  • Una chica que es madre o un chico que es padre, ¿pierde la adolescencia? Por qué?
  • ¿Esta situación tiene las mismas consecuencias para los varones que para las mujeres?
  •  En la comunidad de ustedes, ¿se valora del mismo modo a una joven que tiene un hijo que a aquella que no lo tiene? qué pasa con los varones?
  •  ¿Hacerse mamá o papá es igual a crecer y ser un adulto o adulta?
  •  ¿Es lo mismo la responsabilidad de trabajar o estudiar que la de criar a un bebé?
  •  ¿Es lo mismo criar hermanitos que tener una hija o un hijo propio?


Aquí los chicos vuelven a ser lapidarios, tener un hijo consideran que los obliga a hacerse cargo de responsabilidades que antes no tenían ni siquiera en relación al estudio ni al trabajo, con lo que la respuesta a la pérdida de la adolescencia es sí. En la misma línea la responsabilidad de un bebé suele percibirse diferente para la mujer que para el hombre. Aun cuando la familia de origen de uno, del otro o de ambos, suele colaborar con la crianza del bebé, la mamá es la que pierde más oportunidades de seguir con sus actividades anteriores como la escuela, estudios o capacitaciones o un trabajo.

Los relevamientos aportan números a estas situaciones, por la que un 38% de mamás adolescentes  logran terminar el secundario, mientras aquellas que fueron mamás después de los 20 años logran completar su educación secundaria en un 55%.

En cuanto a lo social la llegada de un bebé afecta las relaciones con sus grupos de pares, ya que las salidas y las actividades con ellos se verán interrumpidas por las propias actividades de papá y principalmente de mamá, al menos durante los primeros años.

Cuando las familias se hacen cargo de la crianza de los niños de adolescentes puede suceder que los roles de los adultos se vean alterados y que los padres adolescentes pierdan su rol frente a sus niños. La presencia y el acompañamiento de las familias en la crianza y en aprendizaje de ser padres de los progenitores adolescentes es fundamental, pero sin que se pierda el rol que cada cual debe cumplir. Enseñarles sobre las necesidades de un bebé, cómo resolver las situaciones que se presenten y acompañarlos, ya que crecerán en una camino paralelo al del bebé, sería la función que las familias deberían asumir.

 

mamá adolescente

En Argentina el 15% de los nacimientos corresponde a una madre adolescente y 7 de cada 10 embarazos de adolescentes de entre 15 y 19 años son no intencionales. En las menores de 15 años la mayoría de los embarazos son fruto de forzamientos o abusos sexuales intrafamiliares.

Así nacen anualmente entre 2800 y 3200 niños de madres menores de 15 años, lo que hace que cada tres horas una niña de entre 10 y 14 años se convierta en madre. Esto significa que dejará de jugar, y pasará a formar parte de un colectivo vulnerable marcado por las desigualdades de oportunidades y donde a la violencia de la que seguramente fue víctima de una u otra manera, se le sumará la violencia propia de la sociedad  que no entiende ni sabe proceder con estas situaciones.

La escuela y la enseñanza de la ESI es fundamental al momento de generar conciencia a través del conocimiento y del pensamiento que permite tomar decisiones, plantear proyectos de vida y no dejar al azar situaciones que pueden afectar los trayectos personales.      

 

 

 

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