TOC en niños y adolescentes, otra problemática psicosocial

El miércoles pasado he desarrollado el tema de la autolesión, muy cercano a otro como es el trastorno obsesivo compulsivo también reconocido por la sigla TOC.

adolescente angustiada


Ambos trastornos están asociados con las problemáticas psicosociales que afectan a muchos adolescentes.

Los TOC son trastornos de ansiedad que se relacionan con personas que tienen pensamientos, sentimientos, ideas, sensaciones (obsesiones) y comportamientos repetitivos e indeseables que los impulsan a hacer algo una y otra vez (compulsiones). No llevar a cabo los rituales obsesivos puede causar una enorme ansiedad y sufrimiento.

Son obsesiones aquellas ideas recurrentes, pensamientos, imágenes, generalmente intrusivos, persistentes y desagradables que aparecen con frecuencia sin que la persona pueda evitarlas; por ejemplo:

  • temor a la suciedad o los gérmenes
  • temor a la contaminación
  • necesidad de simetría, orden y precisión
  • obsesiones religiosas
  • preocupación por los desechos del cuerpo
  • números de la suerte o de la mala suerte
  • pensamientos sexuales o agresivos
  • temor a sufrir una enfermedad o un daño, o a que esto le ocurra a un familiar
  • preocupación por los elementos de la casa
  • sonidos o palabras no deseados

 

Son compulsiones aquellos comportamientos o acciones mentales repetitivos y estereotipados que se realizan en forma de rituales y que tiene la función de reducir a corto plazo la ansiedad producida por las obsesiones. Por ejemplo:

  • rituales de limpieza, incluido el lavado de manos, las duchas y el cepillado de los dientes
  • repetición de rituales, lo cual incluye entrar y salir por una puerta, la necesidad de moverse en los espacios de determinada manera o volver a leer, borrar y volver a escribir
  • rituales de comprobación para asegurarse de que un artefacto está apagado o una puerta está cerrada, y chequear reiteradamente la tarea
  • rituales para anular el contacto con una persona o un objeto "contaminado"
  • rituales con el tacto
  • rituales para prevenir el daño a uno mismo o a otros
  • ordenar o acomodar objetos
  • rituales de conteo
  • acumular o coleccionar cosas que no tienen un valor evidente
  • rituales de limpieza en relación con la casa u otros elementos

Es frecuente que el origen del TOC se asocie a determinados cambios estresantes que acontecen en la vida de las personas. A partir de este suceso precipitante existen diversas variables que facilitan la aparición del trastorno:

·         Herencia genética: son más vulnerables las personas que tienen familiares que padecen este trastorno.

·         Falta de ciertos neurotransmisores como serotonina y dopamina.

·         Trastornos de personalidad asociados a ansiedad, sumisión, perfeccionismo, excesiva devoción por el trabajo, resistencia al cambio, aversión al riesgo, susceptibilidad, ambivalencia.

·         Puede desencadenarse el TOC por aprendizaje: frente a estilos educativos restrictivos, por haber tenido como referente persona con características obsesivo-compulsivas, una educación estricta religiosa, con responsabilidad exagerada, o control absoluto de los pensamientos.

·         Síndrome de Tourette y otros trastornos de tics motrices y orales

 

La vida para una persona que sufre de TOC es difícil. Transcurre su tiempo entre pensamientos obsesivos y comportamientos recurrentes que son difíciles de compatibilizar con el resto de las personas. Se imaginan lo complejo de esto si el afectado es un adolescente. La inserción en un grupo de pares es muy difícil, por lo que su grupo de referencia se acota drásticamente, como así también lo hacen excluirse de su círculo de actividades cotidianas.

                                    soledad, tristeza

El TOC afecta a 1 de cada 200 niños  y adolescentes jóvenes ya que se suele diagnosticar entre los 7 y los 12 años, proyectándose hasta la adultez si no es tratado a tiempo.

Se preocupan por si algo podría ser nocivo, peligroso, incorrecto o sucio. Contar, ordenar sus juguetes, repetir palabras en silencio, lavarse las manos, revisar ventanas y puertas cerradas, son las acciones repetitivas  más comunes y las mismas van cambiando a medida que crecen. Se complejizan las obsesiones y también los comportamientos compulsivos.

En los adolescentes  las obsesiones suelen presentarse muy amenazantes. Por ejemplo pensamientos sobre la homosexualidad, suelen ser muy traumáticos. Este pensamiento intrusivo les hace cuestionarse una y otra vez. El problema no está en ser homosexual, sino en la duda que se presenta y acrecienta, generando la angustia y la idea de un pensamiento sin sentido que lo invade. Este temor se reconoce como irracional.

Las obsesiones también pueden aparecer en la mente del adolescente sin que lo desee, por ejemplo, viéndose hacer daño a otra persona. Esa sensación de no poder controlar su forma de actuar, aunque no vaya a suceder genera malestar e inseguridad.   

Las obsesiones se presentan como imágenes o pensamientos atemorizantes que se repiten y son difíciles de eliminar. Los rituales o acciones compulsivas que acompañan las obsesiones son la forma de eliminar esos pensamientos y protegerse contra aquello que le temen. De esta manera se liberan de la ansiedad, ya que el incremento de la ansiedad o la preocupación es tan fuerte que el niño o adolescente  siente que debe hacer la tarea una y otra vez hasta el punto de que sus acciones interfieren en su vida cotidiana. La ansiedad disminuye temporalmente hasta que el ciclo inicia otra vez.  

Los chicos y adolescentes que manifiestan TOC suelen tener una historia familiar previa de TOC, y se acentúa frente a determinadas situaciones traumáticas, un robo, por ejemplo puede asociarse con su obsesión de controlar puertas y ventanas cerradas por miedo a que violenten su vivienda. Una infección o enfermedad previa,  puede asociarse al temor a los microbios, gérmenes y alimentos contaminados, y la compulsión por la limpieza e higiene de su casa, sus cosas y sus manos.   

Las acciones compulsivas les insumen mucho tiempo y energía, por lo cual tienen problemas con las tareas en la escuela, el tiempo no les es suficiente. Se sienten avergonzados por sus acciones repetitivas, y frustrados porque no pueden controlarlos. Tampoco pueden controlar sus pensamientos, y ellos se dan cuenta que sus temores no son reales. Esto los irrita, porque sienten que sus rituales dominan su vida.

Sus pensamientos intrusos hacen que no se puedan concentrar y tengan dificultades escolares, pero sobre todo en su relación con los otros. Los niños describen sus obsesiones como voces dentro de su cabeza.

No piden ayuda, sienten vergüenza y temor de que estén locos, por lo que intentan ocultar sus comportamientos.

Suele pasar mucho tiempo, incluso años hasta que los padres lo detectan, a veces porque sus conductas suceden solo en casa y no en la escuela, por lo cual no se reconoce como una problemática.

Muchas veces los niños les piden a los padres que lo acompañen en sus rituales. El niño hace algo y el padre debe hacerlo luego.

Los padres pueden observar  signos de TOC como son  por ejemplo:

  • manos agrietadas o en carne vida por el lavado constante
  • uso sumamente excesivo de jabón o papel higiénico
  • cuentas de servicios inexplicablemente elevadas
  • caída repentina de las calificaciones en la escuela
  • horas no productivas para realizar la tarea
  • orificios en las hojas por borrar en las tareas o los exámenes
  • pedido a los familiares para que repitan frases extrañas o respondan siempre la misma pregunta
  • temor constante a la enfermedad
  • aumento drástico de ropa para lavar
  • excesiva cantidad de tiempo para prepararse para ir a dormir
  • temor constante a que ocurra algo terrible
  • comprobar de manera constante la salud de los familiares
  • negarse a salir de la casa al mismo tiempo que otros integrantes de la familia
  • pasar mucho tiempo ordenando objetos que colecciona y no permitir que nadie acceda a ellos.

   

útiles ordenados

Los médicos consideran que el TOC es un patrón de pensamientos y rituales obsesivos que cumple una o más de las siguientes condiciones:

·         lleva más de una hora por día

·         provoca angustia

·         interfiere con las actividades diarias

·         se sientan atemorizados, fuera de control y solos.

 

Los tratamientos más exitosos para los niños y adolescentes con TOC son la terapia conductual y la medicación.

El objetivo del tratamiento es que el adolescente aprenda a neutralizar las obsesiones enfrentándose a ellas desde otro lugar. Exponerse a sus propios pensamientos obsesivos con el fin de desensibilizarlos y de perderles miedo. Al tratarse de un trastorno de ansiedad es importante aplicar técnicas de reducción de ansiedad tanto a nivel físico como cognitivo.

Otro punto importante es trabajar en la resistencia para reducir las compulsiones y crear nuevos hábitos que vayan en contra de una asociación directa pensamiento obsesivo -compulsión.

Es importante que la familia acepte que el TOC no es culpa del niño, y éste no puede controlarlo.

Si la familia se involucra y todos los integrantes aprenden estrategias para ayudar al niño con TOC, la recuperación será más fácil. No permitir que el TOC maneje el hogar es la clave.  

Si bien no es trastorno fácilmente detectable en los adolescentes, cuando hablamos de él muchos chicos se identifican con conductas compulsivas, el lavado de manos, el orden en sus cosas personales, revisar la mochila en busca de llaves, o el celular, etc. Claro que esto dista mucho de la problemática real, pero no está de más visualizar las complicaciones a la que se puede llegar si estos trastornos no son tenidos en cuenta y tratados a tiempo. Lejos de la satirización de obras de teatro o películas sobre el tema, las personas con TOC necesitan ser tenidas en cuenta para su recuperación y sobre todo para su integración y participación  normal en la vida social.  

adolescentes felices


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