Adolescentes, escuela, conserjerías y métodos anticonceptivos
La escuela y la Educación Sexual Integral, frente a los niños y adolescentes debe ser formador de conductas que les permitan tomar decisiones con la convicción de saber que las medidas que están tomando son las correctas.
Disponer sólo de información no es condición suficiente para favorecer y garantizar el desarrollo de conductas de cuidado.
Se necesita escuchar
las dudas, temores, deseos, preocupaciones y dificultades que los adolescentes
tienen y a partir de estas bases
construir nuevos conocimientos que se transformen en aprendizajes
significativos para su vida cotidiana, contextualizados en sus realidades y que
deriven en conductas de autocuidado.
Cuando la escuela no apuntala con suficiente respaldo la
formación de la sexualidad adolescente, puede incluso generar un efecto
negativo en la conformación de las subjetividades adolescentes. Ciertas creencias
sociales prejuiciosas son contraproducentes respecto de la autoestima adolescente,
por ejemplo cuando se cree que “no saben lo que quieren”, “sus problemas son siempre sexuales”, “se embarazan
y terminan abandonando la escuela”. Cuando la escuela sabe abordar las
problemáticas adolescentes y trabajar con ellos acompañando sus necesidades, se
logra contener al adolescente.
La manera empática de
percibir y valorar las expresiones de las y los adolescentes será condición
para alcanzar experiencias significativas en las que el conocimiento
responda de modo genuino a sus inquietudes y necesidades. El modo de lograr
aprendizajes en la escuela que permitan a cada persona llevar adelante una vida
sexual plena y desarrollarse de manera autónoma y libre de violencia es a través de la toma de decisiones basadas
en la reflexión y apropiación de conocimientos confiables, científicamente
validados y socialmente significativos.
La escuela es un
espacio propicio para que las personas se vinculen y aprendan el modo de
vincularse. Esto será altamente efectivo para la subjetividad de los estudiantes,
habilitando la palabra respetuosa, las actitudes de empatía, y de solidaridad.
Las relaciones de
género contribuyen a la formación de comportamientos que la escuela debe
orientar hacia condiciones de igualdad. Es el momento de eliminar matrices
sociales de inequidad respecto del género y de mostrar la necesidad de terminar
con estereotipos de género que fomentan la violencia de género.
Educar para la
igualdad para lograr que todas las
personas puedan tomar decisiones según sus convicciones, sin sentir la presión
de nadie, en un contexto respetuoso, implica la enseñanza de los derechos y las
situaciones en las que puedan ser vulnerados identificando situaciones de atropello.
La adolescencia es una etapa en la que la construcción de la
subjetividad está en pleno, en la que la palabra del otro tiene un peso
importante. Por esto, dar la oportunidad de reconocer y expresar los propios
sentires es una ocasión para el fortalecimiento de la autoestima y la autonomía
en la toma de las decisiones.
En el marco de la ESl, los MAC, métodos anticonceptivos,
también constituyen un contenido
curricular, y la propuesta es trabajarlos desde un enfoque integral, incluyendo
la afectividad, el ejercicio de los derechos y la desigualdad de género, entre
otras dimensiones.
Los derechos
sexuales garantizan el disfrute
de una sexualidad libremente elegida, sin sufrir violencia ni abuso sexual,
con posibilidades de evitar los riesgos de transmisión de enfermedades, respetando
la orientación sexual y la identidad de género de cada persona.
Los derechos
reproductivos son la posibilidad de decidir, en forma autónoma y
sin discriminación, si tener o no tener hijos, el momento de tenerlos, cuántos
tener, y con quién.
Debemos reconocer que el
ejercicio de estos derechos no es igual para todas las personas, porque hay
relaciones de desigualdad social, relaciones de poder, prejuicios y mandatos
sociales que limitan su ejercicio. Visualizar las desigualdades producto de
construcciones sociales en relación al sexo y el género permitirá pensar más
allá de modelos de parejas binarios y heterosexuales, y así no presuponer
la heterosexualidad de las personas habilitando consultas sobre prácticas
sexuales diversas.
Sucede que es importante tener en cuenta las desigualdades de género
naturalizadas que dejan en situación de mayor vulnerabilidad a las mujeres y a
las personas con orientaciones sexuales diferentes a la heterosexualidad. Esto
también afecta a los varones, ya que los estereotipos de masculinidad
socialmente reconocidos los despojan del sentido de cuidado personal o del otro
u otra.
Desde una perspectiva
de género sería importante que la pareja heterosexual o no, tome decisiones
conjuntas sobre el método anticonceptivo a utilizar. Sin embargo es
necesario tener en cuenta que en las relaciones interpersonales suele haber
condicionamientos de género que pueden generar situaciones de violencia, sobre
todo al momento del ejercicio de la sexualidad, y de utilizar los métodos de
anticoncepción.
Es importante trabajar
con las adolescentes para empoderarlas al momento de plasmar su decisión del
uso del preservativo en una relación consensuada. Saber que el derecho de
decisión las ampara respecto del cuándo, dónde, cómo y con quién es una
herramienta importante para que puedan
plantear sus posturas frente a sus parejas. Derribar los estereotipos de que es
el hombre quien tiene la decisión acerca de la protección sexual, o de que
ellas son quienes se tienen que cuidar, son el punto de partida para generar
conciencia de que en términos de
igualdad, ambos integrantes de la pareja son responsables por igual en los
cuidados de su sexualidad, tanto respecto de la no concepción como por los
riesgos de contagios de ETS.
Los centros de salud
tienen para los adolescentes conserjerías,
son un dispositivo de atención que
implica el asesoramiento personalizado, realizado por personal capacitado, con el objetivo de acompañar a las personas
en la toma de decisiones autónomas sobre su salud sexual y reproductiva. Algunos
puntos sobre los que se trabajan en estos espacios son:
- Las y los adolescentes deben tener acceso a la variedad de opciones disponibles en métodos anticonceptivos (MAC). La edad no constituye una razón para no recibir los diferentes MAC.
- El MAC ideal será aquel que mejor se adapte a las necesidades de cada adolescente.
- Plantear la importancia de poder elegir si tener hijos/as o no, y cuándo, en relación a su proyecto de vida. Informar sobre la importancia de utilizar métodos anticonceptivos para prevenir embarazos no intencionales.
- La elección del método debe ser libre y personal. El equipo de salud tiene que respetar la decisión del/la adolescente, sin criticar ni prejuzgar.
- Brindar información sobre los métodos anticonceptivos, incluidos los de larga duración (LARC) y sus beneficios.
- Un aspecto a trabajar es el uso del preservativo asociado a otro método como “doble protección”.
- Informar sobre la anticoncepción hormonal de emergencia (AHE), dónde y cómo adquirirla, y entrega preventivamente para cualquier emergencia.
- Destacar la importancia del autoconocimiento para poder tener experiencias sexuales placenteras.
- Construir estrategias para consensuar o negociar el uso del preservativo, proveer preservativos y anticoncepción de emergencia (AHE).
- Problematizar con las/os adolescentes la centralidad del consentimiento para todas las prácticas sexuales.
- La consulta por
anticoncepción es una URGENCIA. La/el adolescente que solicita un
método siempre debe irse con una RESPUESTA ANTICONCEPTIVA.
Existe una amplia variedad de métodos anticonceptivos, cada
MAC tiene características particulares, modo de uso, ventajas y desventajas, ninguno
puede considerarse 100% seguro.
Pueden clasificarse según el criterio que se utilice:
- de acuerdo a su composición (compuesta por hormonas simples o combinadas)
- mecanismos de acción (inhibición de la ovulación, alteración del moco cervical, barrera, etc.),
- vías de administración (oral, inyectable, dérmicos, subdérmicos, vaginales, intrauterinos),
- voluntad de uso (uso diario, semanal, mensual, larga duración),
- si son visibles o no, si requieren de la manipulación o no de los genitales externos, precio, etc.
Tener en cuenta estas características es importante, ya que muchas veces determinan la elección de uno u otro método por parte de la persona usuaria.
Entre los MAC, podemos citar como los más conocidos y
usados:
Métodos de barrera:
- Preservativo peneano.
- Preservativo vaginal.
- Diafragma vaginal.
- Campo de látex.(no es un método anticonceptivo, es un método preventivo de HIV y ITS)
Métodos hormonales combinados: derivados de estrógenos y
progesterona.
- Orales (ACO)
- Inyectables
- Parches
- Anillos vaginales
Métodos hormonales de progestégenos: sólo con progestégenos.
- Orales
- Inyectables
- Implante subdérmico y DIU
- Anticonceptión hormonal de emergencia (AHE)
Algunos anticonceptivos forman parte de la canasta de métodos gratuitos que los pueden retirar todas las
personas, adolescentes o adultas, solas o en pareja en hospitales o centros de
Salud.
- Anticonceptivos combinados en pastillas (Pastillas) o inyectables
- Anticonceptivos de progestégenos en pastillas (minipíldoras) o inyectables
- Dispositivo intrauterino (DIU o Espiral)
- Anticoncepción quirúrgica
- Preservativo
- Anticoncepción hormonal de emergencia
Las conserjerías se encargan de explicar las ventajas del uso de los LARC, anticonceptivos de larga duración, que duran varios años, son seguros en un 99% y si así se decide se puede suspender su uso sin afectar la capacidad de quedar embarazada. EL DIU de cobre y el hormonal, y los implantes subdérmicos son métodos de larga duración, entre 3 y 5 años aproximadamente.
implante subdérmico y DIU |
Pueden ser utilizados inmediatamente después del embarazo,
un aborto, el nacimiento, o durante la lactancia. Todas las mujeres, incluyendo
adolescentes, pueden utilizar un DIU, aun cuando no hayan tenido hijos. El DIU hormonal o implante puede ayudar a
reducir el dolor y el sangrado menstrual abundante.
Si bien los anticonceptivos orales son muy utilizados entre
las adolescentes, de acuerdo con las investigaciones, más de la mitad los discontinúa
durante el primer año de uso. Las mujeres adolescentes tienen más
probabilidades de suspender el método que mujeres más
grandes. E incluso si las adolescentes continúan con la toma de pastillas, suelen
presentar frecuentemente olvidos y otros errores en la toma.
Las investigaciones han demostrado que cuando las adolescentes reciben un
adecuado asesoramiento sobre métodos anticonceptivos que incluya los LARCS, los
eligen y usan con satisfacción.
Son los mejores métodos teniendo en cuenta que una vez
colocado no necesitan más intervención hasta después de varios años. No son los
más usados por los adolescentes pero son para tener en cuenta por su alta
efectividad.
Las LARC no protegen
contra infecciones de transmisión sexual (ITS) o el virus de inmunodeficiencia
humana (VIH), para protegerse, deberá utilizarse preservativo o campo de látex cada
vez que se tenga sexo oral, vaginal o anal.
Escuela y estado, a través de los centros de salud y las conserjerías se acercan a los adolescentes para brindarles información, apoyo y contención en lo relativo a la sexualidad, todo en función de que logren vivir su sexualidad en plenitud, y en el ejercicio de sus derechos.
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